La nertera, una planta herbácea de hábito rastrero, es originaria de Centroamérica, Australia y Nueva Zelanda. Perteneciente a la familia de las Rubiáceas, esta pequeña planta es conocida por su resistencia y su encantadora capacidad de cubrir el suelo con un manto de ramas verdes que puede alcanzar hasta 20-25 cm de longitud aunque sólo mide 2 cm de altura. A pesar de ser perenne, generalmente la nertera se descarta después de la floración y la caída de sus bayas. Sin embargo, bajo condiciones adecuadas, puede vivir en un apartamento durante varios años.
Para aquellos que deseen disfrutar de la nertera durante muchos años, es crucial simular su entorno natural tanto como sea posible. Esta planta prospera en temperaturas frescas, siendo las óptimas en verano entre 20 y 22 °C, mientras que en otoño e invierno es mejor mantenerlas alrededor de 10 °C. Al llegar la primavera y el clima externo vuelta a ser moderado, es recomendable llevar la nertera al aire libre para que respire aire fresco.
La humedad es otro aspecto vital del cuidado de la nertera. Antes de que comiencen a salir las bayas, es importante rociar la planta con agua hirviendo de manera regular. Después de la floración, se recomienda colocar la maceta en un recipiente con arcilla húmeda o esfagno para mantener la humedad adecuada.
La iluminación debe ser brillante pero difuminada, evitando la luz solar directa que podría dañar sus delicadas hojas. Durante el invierno, es recomendable suplementar la luz con lámparas fluorescentes ubicadas a 50-60 cm de distancia para evitar el crecimiento alargado de la planta debido a la falta de luz.
La nertera requiere un suelo suelto y que retenga bien la humedad. Puede prepararse un sustrato ideal combinando una parte de tierra de hojas, una parte de tierra de césped, una parte de tierra de humus, una parte de turba y una parte de arena gruesa. Un buen drenaje es esencial para prevenir la pudrición.
El riego debe ser moderado, solo cuando la capa superior del suelo se haya secado. El riego desde el palé es muy efectivo para la nertera. En invierno, si se mantiene a una temperatura baja, es importante regar con cuidado para mantener el sustrato solo ligeramente húmedo, reanudando el régimen de riego habitual cuando comienzan a aparecer las primeras hojas en primavera.
Durante la temporada de crecimiento, desde la primavera hasta el otoño, es beneficioso fertilizar la nertera una vez al mes con un fertilizante diluido a la mitad de su concentración normal.
La nertera puede propagarse por semillas, sembrándolas en un tazón ancho en un sustrato de tierra de hojas, turba y arena en enero-febrero. Las semillas deben colocarse raramente en la superficie del suelo y cubrirse con una fina capa de tierra. El proceso de germinación es lento, de 1 a 3 meses, y es importante mantener el sustrato húmedo y caliente durante este periodo.
Otra opción para reproducirla es mediante la división de rizomas a principios del verano, después de la caída de las bayas. También puede propagarse por esquejes terminales. Cuando una planta sobrevive al invierno, es recomendable trasplantarla en la primavera antes de que comience la floración. La maceta debe ser amplia y poco profunda, permitiendo que las raíces superficiales de la nertera se extiendan adecuadamente.
Los problemas comunes en el cuidado de la nertera incluyen plagas como la mosca blanca, los ácaros, las cochinillas y los insectos escama. Cuando la temperatura en invierno es demasiado elevada, la nertera puede omitirse el periodo de descanso, provocando un crecimiento desordenado.
Las bayas de la nertera, aunque atractivas, no son comestibles y pueden ser tóxicas para las mascotas. Por lo tanto, es importante mantenerlas fuera del alcance de animales domésticos curiosos.
Conclusión: Cultivar una nertera puede ser una experiencia gratificante si se presta atención a sus necesidades específicas de cuidado. Con el clima, la iluminación, la humedad y el suelo adecuados, esta encantadora planta de cobertura puede adornar cualquier espacio con su vibrante follaje y coloridas bayas durante años.