La Murraya, conocida por sus encantadoras flores blancas fragantes, es un arbusto perenne perteneciente a la familia Rutaceae. Originaria de las regiones tropicales de Asia, India y Sri Lanka, esta planta es una adición magnífica para cualquier jardín o espacio interior bien iluminado.
Características Generales de la Murraya
La Murraya suele alcanzar una altura de 50 a 70 cm en condiciones favorables. Aunque el crecimiento del arbusto joven es lento, una vez que desarrolla un sistema radicular robusto, puede crecer varios centímetros al año. Esta planta tiene una vida longeva, si se proporciona el entorno adecuado para su desarrollo.
Condiciones Óptimas de Cultivo
Para garantizar un crecimiento saludable, es fundamental mantener la Murraya a la temperatura adecuada. Durante el verano, la temperatura ambiente es ideal, pero se requiere alta humedad, especialmente en climas cálidos. En invierno, la temperatura no debe bajar de los 12-15 °C.
Humedad y Riego
Aunque la Murraya puede tolerar el aire seco de los interiores, se beneficia de niveles de humedad más altos. Durante el verano, se recomienda pulverizar las hojas con agua blanda a temperatura ambiente. En invierno, esto sólo es necesario si hace calor.
El riego debe ser abundante durante el verano, asegurándose de que el suelo se mantenga siempre húmedo. En invierno, el riego debe reducirse, evitando que el sustrato se seque por completo.
Iluminación y Suelo
Esta planta requiere una luz brillante y difusa. La falta de luz puede impedir su floración. En ventanas que miran hacia el sur, es importante protegerla del sol del mediodía. El suelo ideal es rico en humus, con la adición de turba y arena para asegurar un buen drenaje.
Para preparar el suelo en casa, se recomienda mezclar 1 parte de tierra de césped, 1 parte de arena gruesa o perlita, 1/2 parte de turba o humus y 1 parte de tierra de hojas, con piezas de carbón como opción para mejorar el drenaje.
Fertilización y Poda
Durante el crecimiento, es vital fertilizar la Murraya mensualmente. Es recomendable alternar entre fertilizantes orgánicos y minerales para garantizar un aporte completo de nutrientes. Además, es esencial realizar podas regulares para mantener su forma y vigor.
Reproducción de Murraya
La reproducción de esta planta puede realizarse mediante esquejes o semillas. Las esquejes de unos 6-8 cm de largo deben plantarse en una mezcla de turba y arena, cubriéndolas con plástico para mantener la humedad hasta que enraícen.
Las semillas deben sembrarse en macetas individuales a una profundidad de 1.5 cm, asegurando una temperatura mínima de 21 °C para la germinación. El crecimiento de las plántulas es desigual, pero una vez que emergen, se trasladan a un lugar bien iluminado y se fertilizan después de un mes.
Floración y Trasplante
Las flores de la Murraya son pequeñas, blancas y sumamente fragantes, floreciendo principalmente en verano y otoño. Las plantas adultas son las únicas que florecen, desarrollando posteriormente frutos ovalados que pasan de verde a rojo.
El trasplante es crucial para su desarrollo. Hasta los tres años de edad, la planta debe trasplantarse anualmente en primavera. Las plantas más viejas se pueden trasplantar cada 2-3 años.
Es importante destacar algunas dificultades que pueden surgir en su cultivo. La Murraya puede verse afectada por plagas como cochinillas, ácaros, pulgones, gusanos y mosca blanca. Además, las hojas inferiores pueden amarillear y caer debido al envejecimiento natural, y pueden experimentar quemaduras solares. La deficiencia de magnesio y hierro puede también hacer que las hojas se amarilleen.
Aunque el cuidado de la Murraya puede presentar ciertos desafíos, sus recompensas, en forma de belleza y fragancia, son inigualables. Con la atención adecuada, este arbusto no solo embellecerá cualquier espacio, sino que también proporcionará una sensación de satisfacción al ver su progreso y floración a lo largo de las estaciones.