La Lapageria, conocida comúnmente como copihue, es una enredadera perenne originaria de Chile, famosa por sus hermosas flores colgantes que agregan un toque de elegancia a cualquier jardín. Esta planta trepadora, que pertenece a la familia Philesiaceae, no solo es la flor nacional de Chile, sino también un símbolo de la rica biodiversidad del país.
Características Generales
La Lapageria es una enredadera herbácea que puede alcanzar los 3 metros o más de longitud. Sus llamativas flores, que florecen principalmente de agosto a diciembre, son de tonos rojizos, rosados o incluso blanquecinos con manchas, y miden entre 5 y 7 cm de largo. La planta prefiere temperaturas veraniegas de entre 18 y 20 °C, mientras que en invierno es ideal mantenerla entre +6 y +8 °C. Además, requiere una humedad ambiental de al menos el 50%, siendo recomendable pulverizar sus hojas al menos una vez por semana para mantener su follaje fresco.
Requerimientos de Luz y Suelo
A la Lapageria le gusta la luz brillante pero difusa, por lo que una ubicación en una ventana occidental u oriental es adecuada. Evita la luz solar directa que puede dañar sus delicadas hojas. En cuanto al suelo, esta planta requiere un sustrato muy fértil y suelto con un pH de alrededor de 5.5. Una mezcla adecuada puede ser una parte de tierra de jardín, una parte de arena gruesa o perlita, y una parte de turba o humus. Es importante que el recipiente tenga un buen drenaje para evitar el encharcamiento, que podría perjudicar su sistema radicular sensible.
Riego y Fertilización
Durante el verano, mantén el sustrato uniformemente húmedo, regando abundantemente una vez cada cuatro días. Con la llegada del otoño, reduce la frecuencia de riego a medida que la planta entra en su período de descanso. Fertiliza cada 2-3 semanas durante el período de crecimiento y floración con un fertilizante rico en potasio y fósforo, pero bajo en nitrógeno. Una vez que la floración concluye, la fertilización debe cesar para permitirle a la planta descansar.
Propagación
La propagación de la Lapageria se realiza mejor en verano mediante esquejes y acodos. Para los esquejes, selecciona un tallo semi-maduro con seis hojas, cortando cada segunda hoja a la mitad. Coloca los esquejes en una mezcla de arena húmeda y turba, enterrándolos no más de 2.5 cm. Luego, colócalos en semisombra y mantén la humedad constante. El acodo se realiza doblando un brote hacia el suelo, fijándolo con una espiral de alambre y cubriéndolo con suelo o, preferiblemente, perlita o arena. Tras 4-6 meses, aparecerán raíces en las sinuosidades de las hojas y se podrá separar la nueva planta.
Consideraciones de Cuidado
La Lapageria requiere un soporte sobre el cual crecer, que se puede ir trenzando a medida que la planta avanza. A medida que las flores se marchitan, deben retirarse para mantener la planta saludable. En primavera, se pueden podar los brotes si es necesario. Sin embargo, es crucial tener cuidado durante el trasplante, que debe realizarse cada primavera, procurando no dañar el sistema radicular.
Problemas Comunes
Entre los problemas más comunes que pueden afectar a la Lapageria están la aparición de ácaros, pulgones y cochinillas. Es importante revisar regularmente la planta para detectar y tratar cualquier plaga a tiempo, asegurando así su salud y vigor.
El cultivo de la Lapageria puede parecer desafiante para los principiantes debido a sus requerimientos específicos, pero con la atención adecuada, esta enredadera perenne recompensará a sus cuidadores con un espectáculo floral impresionante. Como emblema de Chile, esta planta no solo aporta belleza, sino también un toque de historia y cultura a cualquier jardín.