La Selaginella es una planta fascinante que pertenece a la familia de las Selaginellaceae. Originaria de las zonas tropicales, esta planta llama la atención por sus delicados y finos follajes que pueden aportar un toque de exotismo a cualquier hogar. Sin embargo, cultivar una Selaginella no es tarea fácil; requiere de condiciones ambientales muy específicas y un cuidadoso mantenimiento para prosperar.
Características Generales de la Selaginella
La Selaginella es una planta perenne que crece hasta unos 20-30 cm de ancho y altura. A pesar de su apariencia frágil, puede prosperar durante todo el año si recibe los cuidados adecuados. Crece en un ambiente muy controlado y es conocido por su complicado cultivo, especialmente en interiores.
Condiciones de Temperatura y Humedad
Para que la Selaginella se mantenga saludable, es esencial mantener temperaturas estables. Durante el verano, la temperatura ideal oscila entre 20-23 °C, mientras que en invierno no debe descender por debajo de los 12 °C, ya que las temperaturas más bajas afectan negativamente su crecimiento. Además, la planta requiere un alto nivel de humedad; esta no debe ser inferior al 60%. Se recomienda pulverizar la planta de 3 a 4 veces al día y colocar la maceta en un platillo con arcilla expandida o turba húmeda.
Recomendaciones de Iluminación
La Selaginella es tolerante a la sombra y prospera bien en ambientes de penumbra o sombra completa. No tolera la luz solar directa, ya que el exceso de iluminación puede deprimir su crecimiento. Por lo tanto, es recomendable colocarla en un lugar donde reciba luz indirecta.
Tipo de Suelo y Riego
El suelo debe ser suelto, permeable al aire y ligeramente ácido. Una mezcla adecuada sería turba, suelo de césped, esfagno y carbón vegetal en partes iguales. El buen drenaje es crucial para evitar que la planta se encharque, ya que el exceso de agua es perjudicial. Es fundamental mantener el sustrato moderadamente húmedo en todo momento; sin embargo, nunca debe secarse por completo, ya que esto podría provocar que las hojas se tornen marrones y se sequen rápidamente.
Fertilización y Trasplante
Durante al menos seis meses después del trasplante, la Selaginella no necesita ser fertilizada. Posteriormente, se puede añadir fertilizante diluido a la mitad de su concentración usual cada dos meses. Evitar el exceso de fertilizante es crucial para no dañar el sistema radicular sensible. En cuanto al trasplante, debe realizarse con poca frecuencia; la planta se puede trasladar a una maceta más grande solo si ha crecido demasiado.
Reproducción de la Selaginella
La Selaginella se reproduce por división del arbusto durante el trasplante en primavera o verano. También puede propagarse mediante esquejes de no menos de 3 cm de largo. Estos se deben colocar sobre una mezcla de turba y arena para que enraícen correctamente.
Problemas Comunes y Soluciones
Aunque la Selaginella rara vez es afectada por plagas, puede verse perjudicada por arañas rojas en ambientes muy secos. Las puntas de los brotes pueden deteriorarse si el aire es demasiado seco, y el suelo muy seco puede causar su marchitamiento irreversible. El exceso de fertilizante puede provocar que los brotes se vuelvan amarillos o marrones.
La Selaginella, aunque es una planta de difícil cultivo, ofrece una belleza única al hogar. Aprovecha sus características decorativas con estos cuidados, y disfruta de una planta exótica y saludable.