La Schlumbergera, comúnmente conocida como el Cactus de Navidad, es una joya botánica originaria del sureste de Brasil. Pertenece a la familia Cactaceae y se trata de un cactus epífito cuyo cultivo no presenta gran dificultad, haciendo de ella una elección excelente tanto para expertos como para principiantes en la jardinería. Su estructura compacta, con un tamaño que oscila entre los 40 y 50 cm de altura y anchura, y su crecimiento moderado —varios centímetros por temporada— la hacen ideal para interiores, especialmente cuando se acerca la temporada festiva de otoño e invierno durante la cual despliega sus deslumbrantes flores.
Este cactus perenne no solo es apreciado por su belleza, sino también por el elocuente mensaje de florecimiento en la estación más fría del año. En su entorno natural, las flores de la Schlumbergera suelen ser polinizadas por aves, aunque en un hogar los frutos no llegarán a madurar.
Condiciones de crecimiento óptimas
Una de las premisas para garantizar el buen desarrollo de la Schlumbergera es proporcionar la temperatura adecuada en cada estación. Durante el verano, es recomendable mantener la planta en temperaturas de ambiente, sin superar los 27 °C (80,6 °F), y a medida que se aproxima el otoño, la temperatura debe descender hasta los 11-12 °C (51,8-53,6 °F). Para fomentar la aparición de brotes florales en invierno, la temperatura nocturna debe situarse en +15 °C (59 °F) y durante el día en +20 °C (68 °F).
Humedad y Riego
Es fundamental que la humedad del entorno no baje del 40%, complementando con pulverizaciones de agua suave en verano e invierno si la temperatura ascendente sobrepasa los +16 °C (60,8 °F). En cuanto al riego, es vital evitar tanto el secado completo del sustrato como el exceso de agua, pues ambas situaciones son perjudiciales. Durante el verano, el riego debe realizarse cada 3-5 días con agua tibia, reduciendo la frecuencia a una vez por semana de octubre a diciembre y volviendo a aumentar cuando los brotes empiezan a aparecer. Tras la floración, el riego se espaciará cada dos semanas.
Sustrato y Fertilización
La Schlumbergera prospera en un sustrato bien humificado. Se recomienda crear una mezcla equilibrada que contenga partes iguales de arena gruesa o perlita, suelo de césped, tierra de hojas y turba, asegurándose de que el drenaje sea adecuado para prevenir el encharcamiento. En cuanto a la fertilización, durante el período de crecimiento, se debe aplicar fertilizante para cactáceas o plantas florecientes una o dos veces al mes.
Reproducción y Trasplante
Una de las cualidades atractivas de la Schlumbergera es su fácil reproducción por medio de esquejes jóvenes que se desprenden fácilmente. Tras dejar secar los esquejes por un corto período, estos se pueden enraizar en una mezcla de turba y arena. El trasplante de la planta se debe realizar después de la floración o entre marzo y abril cada 3-4 años.
Problemas Comunes y Soluciones
A pesar de su resistencia, la Schlumbergera puede atraer plagas como cochinillas y ácaros. Otro posible problema es la caída de brotes y flores al mover la planta, cambios bruscos de temperatura o corrientes de aire. La falta de brotes florales en otoño puede deberse a temperaturas inferiores a +10 °C (50 °F). Además, manchas claras en los segmentos son indicativas de luz excesiva, y el crecimiento lento puede ser causante de falta de nutrientes.
Gozar de una Schlumbergera saludable y brillante en casa no es una tarea ardua con el conocimiento adecuado y atención a sus necesidades básicas de cultivo. Esta planta, no solo embellece el hogar durante los meses más grises, sino que también aporta un toque de naturaleza tropical que encanta a los amantes de los jardines interiores.